¡Alá! 90 días sin fumar, se dice pronto. Me he dado cuenta
de esta fecha señalada porque lo fui escribiendo en mi agenda cuando dejé de fumar
(hace ya 3 meses, aunque parezca increíble) e irme motivando según lo fuese viendo,
cada vez lo doy menos importancia porque ya he asumido que puedo y que mi vida
ya es un vida libre de humos, pero cuando ves remarcado en naranja fosforito lo
de “3 meses sin fumar” pues hace ilusión .
Supongo que estaréis esperando que os diga que a los 3 meses
ya no cuesta absolutamente no pensar en los cigarros, pero no es así, hay
muchos momentos en los que “El apetecer” viene a la cabeza. Pero no os
preocupéis, porque no pasa nada, la vida sigue siendo maravillosa y disfrutable
sin el cigarro en mano. Lo bueno de ser cabezota es que dije que no al tabaco y
voy a seguir firme (aunque a veces me apetezca).
Las situaciones más críticas de este mes han sido propiciadas
por el buen tiempo y unas vacaciones, el mono volvió especialmente en dos
momentos puntuales:
1) Cerveza nocturna en un vaso alemán enorme consumida en
una terraza preciosa.
2) Momento playa tirada al sol, recién salida del agua , oliendo todos los cigarros de todos los fumadores que estaban allí.
Visto desde el optimismo, son dos pruebas superadas más ¡Qué
alegría! ¡2 Victorias más ante el tabaco! Por otro lado, a pesar de que vaya
con el marcador muy por encima del cigarro, la báscula sí que me está ganando a mí,
en estos 3 meses he ganado 5 kilos más, y parece que no hay forma de
quitárselos haciendo deporte; de todos modos es un problema que ya tengo medio
solucionado, me voy a esperar a que el mono del tabaco deje de revolotear en mi
cabezota y ya ahí me plantearé el controlar un poquito más mi dieta, pero de
momento tengo que seguir invirtiendo mi fuerza de voluntad en el NO fumar .
También me he dado cuenta en este proceso de muchas cosas,
antes leía estadísticas sobre el tabaquismo y la salud pero realmente ahora me
doy cuenta de lo gravísimas que son las consecuencias del tabaco, antes nunca
miraba a las personas cuando fumaban, ahora las miro y me siento preocupada por
ellas, me da rabia que se hagan ese daño, sobre todo la gente a la que quiero.
Otra de las cosas que he percibido también es lo realmente mal que huele el
tabaco y lo que de verdad fastidiaba los pulmones…la diferencia al respirar es
increíble y para demostraros como se sienten mis pulmones libres del tabaco
hice la imagen principal de este post.
Seguiré contándoos…¡No hay que perder el ánimo y la fuerza
nunca!