Y cambiamos de año; y entre otras cosas, el 2014 siempre será importante para mí, porque durante él tuve la valentía de eliminar el tabaco de mi vida, y empezar a sustituir por cosas buenas mis malos hábitos.
Dejando el tabaco he profundizado en actitudes, sentimientos, e incluso me he descubierto a mi misma. He entendido que por encima del dinero está la salud, y que el cuerpo es el mayor regalo que la naturaleza nos da en nuestra vida, y tenemos la obligación de cuidarlo como nuestro más preciado tesoro.
Me he dado cuenta de que en el fondo nunca he sido débil, he aprendido a no callarme por un cigarro, ni a censurar mis propias emociones por el humo.
Dejar el tabaco me ha ayudado a ver las cosas con mayor nitidez, a querer más y a tener menos miedo.
Así que al 2015 le pido la misma valentía y fuerza de voluntad que tuve en el 2014 para seguir con la lucha contra el tabaquismo, y le pido también que se la de a la gente que quiero para que también pueda dejar el vicio y sentirse mejor.
Hay años, vidas y sueños sin tabaco.
¡Feliz entrada y salida a todos!