Pues sí, ya han pasado 4 años desde que dejé de fumar. El tiempo pasa volando, y sí, la vida sigue, con sus momentos malos y sus momentos maravillosos, pero sin tabaco, y no pasa nada; porque ya prácticamente no te acuerdas de ello, y tienes el recuerdo del proceso de haber dejado de fumar ya en un pasado muy lejano.
Todo se normaliza e incluso te ves en fotos extraña con el cigarro, y te resulta atípico el haber fumado; el tabaco te parece cada vez peor: el olor, el humo, la necesidad de la gente por fumarse un cigarro... ya casi lo sientes ajeno a ti y no comprendes como tú pudiste necesitarlo. Así que efectivamente, uno se cura prácticamente al completo de la enfermedad del tabaquismo, aunque sigo insistiendo en algo que siempre he insistido: es muy importante no recaer, ni pensar que por volver a echarse un cigarro.
Comienzas a preocuparte por la gente que quieres y fuma, porque sabes de verdad lo nocivo que es, lo mucho que puede llegarte a cegar, pero entiendes también que hasta que ellos no tomen la decisión y empiecen a abrir los ojos, tus consejos no van a servir de mucho. Dejar de fumar es tan sencillo como tener claro que de verdad quieres hacerlo y que eres superior al tabaco, y si añades a todo esto "un empujoncito" de fuerza de voluntad tienes en tus manos los ingredientes perfectos para lograrlo.
Dejar de fumar implica también el recuperar hábitos saludables, yo he vuelto a incorporar el deporte a mi rutina y a disfrutar de ello plenamente, sin ahogarme; y al igual que el deporte, entiendes que dejar de fumar hace que tu vida sea más sencilla en muchos aspectos, ya no dependes del tabaco, ni tienes que salir de los sitios para fumar, y si estás en tu casa y te da pereza salir un domingo, no tienes que hacerlo porque te has quedado sin tabaco y te está atacando "el mono".
Así que a todos los que leéis esta página y estáis en la lucha contra el tabaquismo os mando muchos ánimos y os aseguro que sí se puede, sois infinitas veces más fuertes que el tabaco.